Resumen
"Una de las pocas ventajas de la vejez es que nos da modestos e inesperados regalos, que no compensan, desde luego, las molestias a las que la edad nos somete, pero nos arrancan una leve sonrisa de satisfacción. En ocasiones, como en mi caso, no dejamos de experimentar cierta culpabilidad, pero nos quedamos con la sensación de que, de alguna manera, se ha hecho justicia".