Abstract
"–¡Mi Pancho Villa era un chingón! Ese sí era un hombre. Con esta, esta malteada, siento que comparto su secreto de vida. Él sabía cosas, cosas del pueblo;
es una pena que nuestros campesinos, los obreros, hasta los perros que están en el poder sean ignorantes de la importancia de esta bebida; todos merecen saber lo vital que fue para la Revolución mexicana".