Resumen
“Habiéndome caído todos los “veintes” de esta pérdida oral, me sentí avergonzado y me pareció que debía hacer algo al respecto a la progresiva extinción de las lenguas originarias. De pronto, vi con claridad que, así como yo, había muchos que, aunque descienden de originahablantes, no tuvimos acceso a esa parte de nuestro orden, de nuestra raíz, ya sea por discriminación, racismo, o –qué doloroso, pero así fue mi caso– el afán de nuestros padres de protegernos de los males sociales anteriores”