Abstract
"No eran las moscas de Orestes, ni el arrepentimiento de Electra lo que oía en el cuarto. No era el eco de mis pensamientos, el pulso o el temblor de los brazos. Tampoco los fantasmas que me poblaban el cuerpo, ni el rumor de las generaciones pasadas, ni la premonición de las venideras. Pero escuchaba. Si en lugar de oír hubiese visto, me habría arrancado los ojos o esperado a que vinieran los cuervos a comérselos. Pensaba a veces reventarme los tímpanos. Una vez estuve cerca; me sangraron los oídos un par de días y padecí una leve sordera. La tortura volvió: ahora no sólo escuchaba, sino que escuchaba mejor. Si me lo preguntan, no temo responder: ni el mismo diablo lo sabe. Si tan sólo fuera de este mundo..."
(Relato ganador del Premio Nacional al Estudiante Universitario Sergio Pitol (categoría relato) de la Universidad Veracruzana en 2014).