Resumen
"Del tránsito del pintor José de Ribera, el Españoleto, teníamos apenas un bosquejo. (...) El joven narrador Andrés del Arenal ha pintado con notable maestría sobre ese bosquejo su reciente novela Jusepe, (...) consagrada a la azarosa vida de Ribera. Para el retrato animado de su protagonista ha dispuesto, como corresponde, un fondo oscuro, tenebrista, y desde allí ha asediado la tela para extraerle los colores y despertarle la expresión a los contornos. Su paleta es dramática. Asalta por fogonazos. Las encarnaciones de sus personajes son vívidas y la luz cae a sesgo. Ha intuido, a fuerza de frecuentar los corredores del Prado, que José o Jusepe de Ribera –como solía firmar– llevó una vida picaresca, impenitente. De otro modo no se explicaría esa devastadora empatía con el submundo, con los menesterosos y tullidos, abandonados y parias que tomará como modelo para sus santos y filósofos; de otro modo no se explicaría que retratase tan bien las costillas salidas y los vientres pandeados por un hambre que él mismo debió conocer".