Abstract
"1995. Han pasado algunos meses y la alegría del juego se te ha ido evaporando. A mitad del entrenamiento, la imagen de los dos ataúdes y la preocupación por la ausencia de Juano te impiden seguir jugando. Todas las noches te acuestas desganado y temeroso. Una mañana te despierta una ráfaga de fusil."