Resumen
"Los parroquianos de Los Argonautas aún recuerdan que la mujer cubierta de salitre había llegado sola a Xalapa. Era curiosa: se había convertido en lo que observaba. Llovía chipichipi cada vez que abría los ojos. Por su singularidad, permanecía expuesta en la vitrina de la librería como prueba irrefutable de que vivir es cambiar. Al respecto, no cabía otra lectura".