Resumen
“De todas las virtudes que la naturaleza nos ha permitido cultivar sobre la tierra, la benevolencia es sin lugar a dudas la más dulce; pues, en efecto, ¿hay algún placer más conmovedor que el de aliviar a sus semejantes? ¿Y no es acaso en el momento en que nuestra alma se entrega a ella cuando más se acerca a las cualidades supremas del Ser que nos ha creado? Se nos dice que las desgracias están a veces unidas a este placer: ¡qué importa! Hemos disfrutado y hemos hecho disfrutar a los demás. ¿No es esto suficiente para la felicidad?”